Plan Terapéutico para el Estómago y el Intestino según Santa Hildegarda de Bingen
🌿 Plan Terapéutico para el Estómago y el Intestino según Santa Hildegarda de Bingen
Por Laura Brítez – Fitoterapeuta Católica
Este artículo es la continuación de la publicación anterior, en la cual exploramos las causas principales que afectan al estómago y al intestino. Si aún no la has leído, te invito a comenzar allí: este nuevo texto amplía y profundiza aquellos conceptos, ofreciendo una visión más completa y esperanzadora.
✨ Introducción
Santa Hildegarda de Bingen nos dejó un legado inmenso: una mirada integral del ser humano y de la salud. Para ella, la enfermedad nunca es un fenómeno aislado, sino el resultado de desequilibrios que afectan los cuatro ámbitos esenciales de la vida:
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Espiritual: nuestra relación con Dios y su energía vivificante.
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Cósmico: el vínculo con la creación y los elementos que la sustentan.
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Psíquico: la armonía de las emociones y del pensamiento.
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Corporal: la vitalidad de los órganos y sistemas físicos.
Cuando estas fuerzas no fluyen en equilibrio, el hombre enferma. Por eso, un remedio verdadero no solo actúa sobre el cuerpo, sino que busca restaurar la armonía del ser en todos sus niveles.
🍃 El estómago y el intestino: una interpretación espiritual
Dolores, úlceras o inflamaciones en el sistema digestivo son, según Santa Hildegarda, un eco del alma. No son meros trastornos físicos, sino señales de una falta de contacto con la ternura y el amor divino.
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La úlcera gástrica revela una carencia crónica de energía sanadora de Dios.
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La enfermedad se manifiesta cuando el hombre se aleja del afecto divino.
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El sufrimiento físico se convierte en un llamado a la conversión y a la reconciliación.
En Scivias, Hildegarda describe con imágenes impactantes cómo los pecados y los vicios hieren no solo el alma, sino también el cuerpo: “heridas cubiertas de abscesos y roídas por gusanos” son la metáfora de una vida desordenada que repercute en el estómago y el intestino.
Ella nos exhorta con fuerza:
“¡Conviértete, porque estás construyendo una ruina! Alarga tus manos y acepta la ayuda de Dios.”
En lenguaje actual, podemos decir que los síntomas crónicos como úlceras, gastritis o inflamaciones recurrentes son un grito del cuerpo que refleja un desequilibrio integral. La sanación, entonces, no se limita a un tratamiento físico: requiere una mirada interior, un cambio de hábitos, y sobre todo, un retorno humilde a Dios.
Los tres peldaños hacia la sanación:
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Discernimiento – reconocer que la situación actual no puede continuar.
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Perspicacia – comprender que no podemos sanarnos solos.
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Conversión – volvernos a Dios con fe, humildad y confianza.
🌍 Los cuatro elementos y la salud digestiva
Santa Hildegarda enseñaba que los cuatro elementos –fuego, aire, agua y tierra– habitan en nosotros y sostienen la vida.
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Fuego: calor vital y visión.
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Aire: aliento y oído.
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Agua: sangre y movilidad.
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Tierra: carne y movimiento.
Cuando se encuentran en equilibrio, garantizan la salud de todos los órganos, incluidos el estómago y el intestino. Pero cuando uno de ellos se desordena, aparece la enfermedad.
⚠️ Una advertencia profética
Con una visión sorprendentemente actual, Santa Hildegarda denunciaba que el ser humano, al manipular la creación de manera egoísta y sin respeto a la voluntad de Dios, se rebelaba contra el orden divino.
Sus advertencias resuenan hoy: la manipulación genética, la industria alimentaria deshumanizada o ciertos avances médicos utilizados sin ética pueden traer más daño que beneficio. La búsqueda de poder y de lucro a costa de la vida genera desequilibrio y enfermedad.
Según Hildegarda, incluso los desastres naturales —huracanes, terremotos, inundaciones— son recordatorios de que el hombre necesita volver a la comunión con el Creador y su creación. Solo en esa armonía se encuentra la verdadera salud.
🌱 Reflexión final
El estómago y el intestino no solo digieren los alimentos: también procesan emociones, pensamientos y la energía espiritual que nos habita. Cada síntoma es una oportunidad para escucharnos y acercarnos más a Dios.
Santa Hildegarda nos recuerda:
“Solo el hombre rebelde enferma. Cuando se vuelve a Dios, recibe su ayuda y se restablece.”
Que esta enseñanza nos inspire a buscar la armonía interior, a cuidar nuestro cuerpo con respeto, y sobre todo, a vivir en unión con Dios, fuente de toda salud y plenitud.
📖 2025 – Regenera con Laura Brítez, Fitoterapeuta Católica
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